Orb y yo nos miramos por un instante, no podíamos vislumbrar lo que se encontraba del otro lado de esta “puerta” que creó Magician. Tomé a Orb del brazo, inhale profundamente y juntos cruzamos la puerta.

-¿Rachel?.-

-¿Rachel?.-

-¿Dónde estas?.-

Comencé a abrir los ojos lentamente, mis oidos zumbaban, sentía un dolor punzante en la cabeza y una gran pesadez en todo mi cuerpo, una penetrante luz verde encandilaba mis ojos y no me permitía ver gran cosa.

-¿Orb?.- Intente gritar pero la voz se me quebró y salió como un susurro. Aclaré mi garganta y grité nuevamente. -No veo nada, ¿dónde estas?.-

-¿Orb?.-

-No sé Rachel, abro los ojos y no veo nada, bueno creo que los estoy abriendo, ¡pero no hay nada!. ¿Dónde estamos, a dónde fue que nos envió Magician?.- La voz de Orb sonaba cada vez más agitada.

-No lo sé, pense que nos habría enviado a donde estaba James, tal vez algo salio mal.-

-¿Te estas moviendo? Casi no te escucho, ¡estas equivocándote de lado!, ¡Rachel!.-

-No, creo que no puedo moverme.-

-¿Orb?.-

-¡Maldita sea Orb, contéstame!.-

Espere un largo tiempo a que me contestará, pero nunca lo hizo.

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-¿Qué es lo que piensas hacer James?. No puedes mantener el tiempo congelado indefinidamente.-

-¿No?- Contemple al monstruo que decía ser Emily congelado a medio salto. -¿Por qué no podría Emily?, este es mi mundo, es mi hubiera, no creo que haya algo que no pueda hacer aquí.-

-Así te puede parecer ahora James, pero incluso en el hubiera hay reglas y que tu hayas creado este mundo no quiere decir que puedas romperlas.-

-Yo creo que eso es justamente lo que significa hermanita. Así que ahora que tenemos la oportunidad, creo que es tiempo de que me expliques un par de cosas.-

-James, este no es el momento.- contestó molesta Emily.

-Yo creo que si lo es.- Camine hacía la pared y me recargue en ella. -No tengo prisa hermanita.-

-¿Por qué tienes que ser tan obstinado James?.- gritó Emily.

-Creo que es de familia.- contesté amargamente.

Emily estuvo callada por unos instantes hasta que suspiro fuertemente. -Está bien, tú ganas, ¿qué quieres saber?.-

-Bien, muy bien, sabes, hay algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza y no sé como explicármelo, pero estoy seguro de que tú si sabras.-

-¿Qué?. Ya dilo.-

-¿Por qué yo Emily?.-

-¿Por qué tu qué?.-

-No te hagas la estúpida, no te queda, sé que me entendiste, ¿por qué todo esto me está pasando a mí, por qué tengo esta habilidad?.-

-¿Te estas quejando hermano?. ¿Qué no fue esto siempre lo que quisiste?. Tener poderes, ser un “mago”, ¿qué no es por eso que perdias todo tu tiempo en ese estúpido sitio?.-

-No me estoy quejando, todo esto es de alguna manera muy retorcida un sueño hecho realidad.-

-Así que, ¿realmente quieres escuchar la explicación?, creo que no será lo que tú te esperas, es más, creo que estarás decepcionado.-

-No me lo diras.-

-No, no lo haré.-

-Entonces, creo que tenemos un problema Emily, por que yo no pienso irme de aquí hasta que me lo digas.-

-Eso sí que es un problema.- rió Emily. -Te haré un trato, contestaré otra pregunta, una que se que mueres por saber la respuesta, pero no te atreves a hacerla.-

-¿Qué, de qué hablas?.-

-Jajajaja.-

-¿Cuál pregunta Emily?.-

-¿Tenemos un trato hermano?.-

-¿Cómo sé que no me engañaras?.-

-¿No confías en mí?, despues de todo lo que hemos pasado juntos. Creo que estoy ofendida.-

-No lo parece.-

-Demonios, ¿tan mala actriz soy?.- contestó divertidamente Emily. -Bueno, ¿Y qué has decidido? Tic, toc, hermanito, el tiempo corre aunque tu no quieras creerlo.-

-Está bien, acepto, pero más vale que no se trate de una estupidez.-

-Sería incapaz.- contestó seriamente Emily. -¿Recuerdas cuando estabas en el cuarto de Rachel y esas sombras te rodearon?, te llamaron su maestro, te obedecían….