Cerré los ojos concentrándome en la sensación de las gotas de té recorrer mi rostro, intentando mantenerme en esta memoria el mayor tiempo posible. Después de unos instantes sentí un aliento cálido en mi mejilla, seguido de unos labios frios y ligeramente humedos. Abrí los ojos sobresaltado, era Rachel, escudriñé en mis recuerdos, pero esto no había pasado oen ese último día, me quede mirandola temiendo que en cualquier momento ella desapareciera una vez más.

Pero ahí estaba ella, con su rostro a escasos centímetros del mio, sus ojos brillaban divertidos ante mi expresión, se acerco una vez más a mi y me besó en la otra mejilla. Había colocado sus labios sobre las gotas de té, estas relucieron por momentos antes de que las absorbiera con su lengua, ella me sonrió y acerco sus labios nuevamente.

-Rachel.- suspiré.

-¿Sí?.- dijo ella y me beso en la barbila.

-¿Qué esta pasando?.- pregunté tontamente.

Rachel me sonrió ampliamente antes de responder. -Te estoy besando.- Coloco sus labios ligeramente sobre los mios. -En serio James, no pensé que te tendría que explicar.-

A continuación sujeto con sus manos mi cara y se acerco a besarme una vez más, sentí como sus dientes mordisqueaban ligeramente mi labio inferior. Soltó mi rostro y se alejo un poco, cruzó los brazos y me observo con expresión divertida.

Toque mis labios con la yema de mis dedos, La risa de Rachel llegó a mis oidos.

-No entiendo.- dije sorprendido. -Esto no fue lo que paso esa vez.-

-¿Uh?.- Rachel parecia confundida por mis palabras. -¿Te refieres a que nos besaramos?. No lo sé James, me parecio que era el momento adecuado para hacerlo, ¿no lo crees?.-

-Pero esto no sucedió.- repetí, me encontraba demasiado sorprendido como para notar que la expresión de Rachel comenzaba a amargarse. -Tú me aventaste el té en la cara y saliste corriendo, te perseguí por un buen rato, llegamos tarde a cenar y tu mamá nos regaño.-

Rachel me miro con tristeza, -Lo siento James, si te molesté podemos olvidarlo, es que yo pensé que…- bajo la mirada y comenzó a mover nerviosamente los pies. -Sabes, no importa, olvídalo, tienes razón si nos tardamos más mi mamá nos regañará. Vámonos.-

Ella se dió la media vuelta y comenzó a alejarse.

¿Qué demonios estaba pasando?. ¿Estaba soñando?. Yo había visto a Rachel desvancerse ante mis ojos, ¿qué no llevaba meses encerrado con el duo senil entrenando sin parar?. Pero su expresión de tristeza parecía tan real, ¿qué tal si todo lo anterior no había sucedido?, ¿qué tal si ese habia sido el sueño y este momento era la realidad?.

Me quede parado viendo a Rachel alejarse, sabía que la había lastimado, que ella fingiría que todo estaba bien y no lo volvería a mencionar. ¿Realmente iba a dejar las cosas así?. Fuera o no un sueño, estar con Rachel era algo que había deseado por un largo tiempo, no podía desaprovechar la oportunidad que se había presentado, mi decisión estaba tomada.

-Rachel.- la llamé, ella siguio caminando sin detenerse.

-Lo siento Rachel.- grité, eso parecio detenerla, corrí hasta alcanzarla y la sujete de un hombro, alce su rostro hasta mirarla a los ojos, estaban enrojecidos. -Lo lamento, no sé que estaba pensando, me tomaste por sorpresa.- admití. -Yo…-

-Es mi culpa y no volverá a pasar.- interrumpió Rachel.

-Eso no es lo que quiero.-

-¿No?.-

-¡No!-

-¿Entonces?.-

-Fue una sopresa, sabes que soy muy malo con las sopresas, pero lo que paso hace unos minutos, fue más que una sorpresa, fue como un sueño hecho realidad, lamento que te haya hecho pensar algo diferente. La verdad es que he querido besarte muchas veces, pero nunca me he animado. Me da gusto que lo hayas hecho.-

Apenas había terminado de hablar cuando ella me abrazó y colocó sus labios sobre los mios una vez más. En ese momento deje de preocuparme si esto…