…mi nombre, maldito loco. –le contesté cortantemente.
-Ay pero que niña tan violenta, de acuerdo, de acuerdo. Te llamaré por tu nombre, Helenita.
Magician sonrió estúpidamente, sólo para que en un segundo el enojo en mi cara le arqueara los labios hacia abajo.
-Me llamo Rachel.
-Ay, eso, es lo mismo. QuerÃas que te dejara de llamar llavecita ¿no? Ay, estos niños de hoy.
-Eh… señor Magician… aún no nos queda bien claro lo que… – Orb intentó retomar el tema, pero lo interrumpÃ, harta de la dirección que estaba tomando la conversación.
-Si no nos sigues explicando, voy a tener que usar mi “coraje†para sacarte las respuestas a golpes.
Magician se quedó mirándome, algo indignado al principio (o eso aparentaba), pero luego sonrió cálidamente hacia mÃ.
-Claro, claro, sus preguntas. A ver, continuemos con nuestro asunto.
-Bien. Gracias.- le contesté- Ahora dime,  ¿qué quieres decir con eso de que James no está listo? ¿Qué puede ponerse en peligro?
-Pues tú, mi querida Rachel.
-¿Yo?
-Asà es… me parece que James tiene un poder sorprendente, mucho más estrambótico de lo que yo esperaba- continuó el hombre horrible, caminando en cÃrculos mientras gesticulaba con sus manos –pero ese poder está algo fuera de control, como pudieron ver hace unos momentos. Él fue quien nos mandó de vuelta aquÃ, y es que no puede controlarlo aún, porque no puede controlar sus emociones y esas cosas.
Miré a Magician con algo de disgusto –Pero entonces… ¡deberÃa estar con él, a su lado! TendrÃa que ayudarlo a controlar su poder…lo que quiera que sea. Él no puede hacerlo sólo, ¡es muy tonto!
-Ah, querida mÃa, me encantarÃa que pudiéramos dejarlos solos a ti y a tu amigo, sà sÃ, serÃa muy bonito, como en esas cosas que ustedes ven en esos lugares raros con pantallotas, pero te olvidas de un pequeño detalle.
Orb y yo nos miramos, y luego lo cuestionamos con los ojos.
-Su hermana te necesita para salir del Hubiera, y las llaves que nos separan sólo se pueden usar una vez…
“Como la mamá de James…†pensé. –Entonces… ¿su hermana quiere matarme?
-No es tanto que lo quiera como que lo necesita. Ya sabes, no hay otra forma de salir del Hubiera.
-Espere un momento…- dijo Orb- Si esa es la única forma…entonces usted…
La cara de Magician no cambió, sólo se le quedó mirando a Orb con su sonrisa estúpida en la cara. -¿S�
-¿Usted cómo salió del Hubiera?- continuó el chico con la voz temblante. Mi estómago se contrajo en ese momento. Por un segundo sentà que ambos estábamos en un peligro descomunal.
-Yo salà hace mucho, mucho tiempo, muchachillo. Cuando las flores no eran flores sino semillitas y los pollitos no eran más que los huevitos de sus mamacitas gallinitas.
-Pero… usted también es una sombra.- dije acusadoramente.
-Algo asÃ. Yo ya no me considero una, llevo…am…- empezó a hacer cuentas con los dedos como un niño de primaria en examen de matemáticas- como 2 décadas afuera, o más. Pero sÃ, yo era una sombra, y ahora soy… pues una no-sombra. Creo que no puedo decir que soy un humano porque no soy un humano, y ahora gracias a que me salà del Hubiera, empecé a crear sombras de mà mismo en el Hubiera. Creo que eso no les gustó mucho y ahora miren, tengo que vivir aquà porque si no me llevan y ay no. ¿Ustedes creen que hasta desertor y traidor me han llamado?
Orb y yo nos miramos de nuevo.
-Eso quiere decir que usó una llave para salir también.- dije secamente.
Magician  simplemente se me quedó viendo. –Pues, sÃ. ¿Cómo más iba a hacerlo?
Orb y yo empezamos a retroceder lentamente.
-¿M-mató a alguien?- pregunto Orb asustado.
-Bueno, matar es una palabra muy fea. Ya saben, sólo lo termi…
-¡CALLA!- le grité -¿Cómo puedes ponernos en contra de James y su hermana si…