– Verás chico maravilla. El individuo que el ancianÃsmo y venerable señor Seamus llama padre de James, es como verás, mi hijo, o bueno, hijo del James Padre del Padre que existió en el mundo real del cual yo soy sólo una sombra. Este pequeñÃn mereció su merecido, es decir, que lo enviara en un doloroso viaje hasta el suelo del que apenas se incorpora, pues es un traidor. Asà mismo lo saludó el venerable, pero no lo escuchaste por que estabas tirado recuperándote del ataque no-muerto de aquel que sigue por allá desvanecido, mismo que es a su vez hijo de mi hijo, mi nieto.
– ¿Todo eso sólo para decirme que es el Papá de James, cosa que ya sabÃa, y que es un traidor?
– SipirilÃ. Pero si no fueras tan impaciente como poderoso, podrÃa pasar a la explicación que nos ocupa y que te concierne. Verás. Érase una vez, un par de muchachitos mejores amigos que andaban por la vida gozando y haciendo magia. Se conocieron cuando uno de ellos llegó a Alemania, ese vendrÃa siendo el individuo que se adolece aquà mismo, James Padre. El otro vivÃa en la casa de al lado, y muy raro fue desde siempre. Un dÃa el joven James salió a hacer unas diligencias y vió a su vecino sentado en la entrada de su casa, haciendo figurines de jirafas, elefantes y cabras en arcilla, pero sin tocarlos con sus manos, solo con su pensamiento. En ese mismo momento supo que serÃan amigos por siempre. Y ese muchachito loco de los figurines, vendrÃas siendo tú, Odell.
– Sólo quiero asegurarme de que este relato tendrá una explicación lógica, por que OBVIAMENTE, no pude ser yo. ¿La hay?
– Pues lógica no será, como todo lo que ha pasado hasta este mismo instante en el que te explico la explicación. Verás, tú eres Odell…
– Eso tiene lógica.
– No me provoques, por que aunque poderoso, también estás sin acceso a tu poder, asà que bien puedo enviarte a la banqueta del dolor. Tú eres Odell, el guardián de la llave única, el único humano del mundo real que el venerable arrastró con él cuando creó el hubiera. Cuando esto hubo pasado, es decir, que existió el hubiera, el venerable se quedó en el mundo de las sombras y a ti te envió al el mundo real de vuelta, dos guardianes, dos inmortales, dos poderosos que vigilaban al Mayor. Y todo fue bien, hasta que James padre hizo un pacto con el Mayor, para traerlo de vuelta: intercambiar a su hijo, James hijo, llave última, por el gran poder que siempre quiso de tÃ. Una gran batalla hubo, es verdad, cuando se intentó la intención, de hacer el trueque, pero ganamos, y en la victoria perdiste la memoria. Y te perdiste, pero te encontré, y la forma tenemos que encontrar de que recuperes la memoria y vuelvas a vencer al mayor y salvar a James del destino horrible que le espera si es consumido.
– !Ah sÃ! Creo que ya lo recuerdo… recuerdo… ¡que estás loco de remate!
– Lo está -dijo Seamus- pero dice la verdad. Y ahora creo que es tiempo de que nuestro visitante continúe con el relato ¿por que estás aquà James?
– Es de sabios cambiar de opinión -dijo James Sullivan- cometà un error y durante años estuve buscando a Odell también, para enmendarlo. El trato no fue entregarle a mi hijo, permÃteme corregir, sino ayudarlo a ser una persona de nuevo, no fue su decisión ser una sombra y yo creà en él, pensando que merecÃa la oportunidad de una vida normal. Me dijo haber descubierto la manera de regresar sin consumir a nadie, y que sólo se lograrÃa con la magia combinada de dos descendientes, por eso llevé a James. Cuando trató de consumirlo y apareció Odell, me acobardé, y no hice nada. HuÃ, dejé que salvaran a mi hijo. Cobarde, pero no traidor.